Todavía en peligro: Volunturismo internacional, segregación y abuso de niñas, niños y adolescentes en Guatemala

Disability Rights International

RESUMEN EJECUTIVO

Este informe documenta violaciones a derechos humanos, explotación y trata de niñas, niños y adolescentes con y sin discapacidad en instituciones Guatemala. Guatemala no ha creado las protecciones y el apoyo necesarios para evitar que niñas, niños y adolescentes, especialmente aquellos con discapacidad y viviendo en condiciones de pobreza, terminen en instituciones. A Disability Rights International (DRI) le preocupa que organizaciones privadas y donantes internacionales, en lugar de apoyar a las familias, están apoyando instituciones. El apoyo internacional, incluyendo el "volunturismo,” a instituciones expone a las niñas, niños y adolescentes a segregación, abuso, explotación y trata.

El 8 de marzo de 2017, 41 niñas y adolescentes murieron quemadas en la institución “Hogar Seguro Virgen de la Asunción” (“Virgen de la Asunción”) en Guatemala. El día anterior, las niñas y adolescentes habían protestado por haber sido violadas y forzadas a prostituirse por el personal de la institución. 56 niñas y adolescentes fueron encerradas en un salón como castigo por protestar. En la madrugada del 8 de marzo, un incendio comenzó en el salón y los policías que custodiaban el salón tardaron casi 10 minutos en abrir la puerta. Las niñas y adolescentes fueron silenciadas por hablar sobre el abuso que sufrían. Personal de la institución y algunos funcionarios de gobierno fueron arrestados y procesados.

Después del incendio, DRI juntó esfuerzos con la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala (PDH) para buscar protecciones inmediatas para las niñas, niños y adolescentes que vivían en la institución. DRI se sumó a una petición de medidas cautelares presentada por la PDH ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para exigir que se garantice la seguridad de las niñas, niños y adolescentes por medio de su reintegración familiar, con los apoyos y el monitoreo necesario.

Es fundamental tener en cuenta que, a nivel mundial, del 80% al 95% de todas las niñas y niños en orfanatos tienen madres y padres biológicos y/o familias extensas. Sin embargo, las niñas y los niños son abandonados debido a la pobreza y a la discapacidad. Las familias esperan que sus hijas e hijos puedan tener una mejor vida en una institución. En Guatemala, un país donde el 50% de las niñas y niños menores de 5 años sufren de desnutrición, la falta de alimentos orilla a muchas niñas y niños a terminar en orfanatos.

Encerrados y sin la protección de la familia y la comunidad, las niñas, niños y adolescentes corren un riesgo mucho mayor de explotación y abuso. Abuso sexual y físico y trata con fines laborales y sexuales han sido documentados por DRI en instituciones de todo el mundo. El derecho internacional de los derechos humanos protege el derecho de todas las niñas, niños y adolescentes a crecer en una familia.

La CIDH otorgó la medida cautelar solicitada por la PDH y urgió al Estado de Guatemala a tomar medidas urgentes para proteger a las y los sobrevivientes de “Virgen de la Asunción.” Entre las acciones que la CIDH solicitó al Estado se encuentran “medidas para promover la reintegración [de las y los sobrevivientes] a sus familias, siempre que sea posible […].” La Comisión también ordenó a Guatemala que brinde los “apoyos necesarios” en la comunidad para que las niñas, niños y adolescentes con discapacidad también puedan regresar a la vida familiar.

Un año después de la tragedia, DRI encontró que las y los sobrevivientes de “Virgen de la Asunción” –así como niñas, niños y adolescentes en instituciones en todo Guatemala– siguen estando en riesgo. En lugar de invertir en apoyar a las familias, Guatemala está haciendo lo contrario: está invirtiendo en crear nuevas instituciones para las y los sobrevivientes de “Virgen de la Asunción.” Además, Guatemala no ha rendido cuentas sobre el paradero de niñas, niños y adolescentes que se encuentran desaparecidos tras el caos del incendio. DRI muestra su preocupación por el riesgo que corren estas niñas, niños y adolescentes de ser víctimas de trata.

Durante los últimos dos años, DRI ha llevado a cabo una investigación más amplia sobre la situación de las niñas, niños y adolescentes en las instituciones en Guatemala. DRI ha encontrado que el sistema de asistencia social separa a las niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad de sus familias y los expone al abuso y negligencia. La investigación de DRI muestra que las condiciones en instituciones para las niñas, niños y adolescentes con discapacidad son particularmente peligrosas. Las niñas, niños y adolescentes con discapacidad que crecen en orfanatos probablemente permanecerán en instituciones de por vida. Cuando cumplan la mayoría de edad serán transferidos a hospitales psiquiátricos o instituciones para adultos. La muerte es la única manera en la que saldrán de una institución.

DRI ha documentado abusos y trata con fines sexuales en el Hospital Nacional de Salud Mental “Federico Mora” (Federico Mora) para adultos. Hace siete años DRI obtuvo una medida cautelar por parte de la CIDH para proteger a la población de la institución. Sin embargo, a la fecha, los abusos persisten. A menos que Guatemala tome medidas para cerrar el Federico Mora, las niñas, niños y adolescentes con discapacidad que crecen en las instituciones del país están en riesgo de terminar en esta institución abusiva.

En Guatemala, DRI documentó abusos en instituciones que reciben fondos gubernamentales e internacionales. DRI observó a cientos de niñas, niños y adolescentes atados a sillas de ruedas, a muebles y encerrados en jaulas. En algunas instituciones, se les afeita la cabeza, nunca salen y languidecen en la inactividad.

El gobierno gasta 45 veces más en mantener a un niño con discapacidad en una institución que en apoyar a las familias para que lo mantengan en su casa.

Las niñas, niños y adolescentes sin discapacidad en instituciones también corren riesgos. Las niñas, niños y adolescentes que salen de los orfanatos al cumplir la mayoría de edad tienen pocas habilidades para enfrentar la vida por su cuenta. La experiencia internacional muestra que, sin una familia o comunidad que los respalde, el riesgo de suicidio, adicción a las drogas, trata con fines sexuales, actividades delictivas y muerte es mayor que el de las niñas, niños y adolescentes que crecen con una familia.

Los abusos en las instituciones y los riesgos que enfrentan las y los adolescentes al salir de ellas son evitables. En Guatemala hay ejemplos de buenas prácticas. La organización “Hope for Home” tiene un programa comunitario que aporta de USD $10 a $60 a familias que tienen hijas o hijos con discapacidad para que permanezcan en su hogar, evitando así la institucionalización.

Las niñas y niños de Guatemala necesitan desesperadamente apoyo para permanecer, crecer o regresar con sus familias. Sin embargo, el financiamiento internacional está perpetuando la segregación de niños y niñas al apoyar el sistema de orfanatos de Guatemala. Así mismo, voluntarias y voluntarios internacionales pagan sumas considerables para tener la oportunidad de "ayudar a huérfanos.” La mayoría de las y los voluntarios no se dan cuenta de que la gran mayoría de las niñas, niños y adolescentes en las instituciones no son huérfanos: son entregados por madres y padres desesperados que no tienen los recursos para alimentar o vestir a sus hijos.

En la institución “Esperanza de Vida,” en un área remota a seis horas de la ciudad de Guatemala, las y los sobrevivientes con discapacidad de “Virgen de la Asunción” languidecen en habitaciones vacías con pocas actividades que hacer. El alojamiento de las y los voluntarios, por otra parte, parece un centro turístico, hay varias piscinas, un zoológico con leones y tigres, y grandes comedores donde se les ofrece un buffet para sus comidas. Aquellos que pagan USD $ 1,000 se quedan en un edificio de 4 pisos con habitaciones de lujo, con aire acondicionado, rodeadas por un lago artificial. Las niñas, niños y adolescentes no tienen acceso a estas hermosas instalaciones.

Además de las y los sobrevivientes con discapacidad de “Virgen de la Asunción” que fueron enviados a esta institución, hay niñas y niños que se encuentran ahí para ser internados en el Hospital Nutricional “San Lucas,” que es parte de la organización. Estas niñas y niños provienen de aldeas pobres de la zona donde no hay suficiente comida. En lugar de alimentar a estas niñas y niños en su hogar, la institución los separa de sus comunidades. Según el personal, algunas niñas y niños no vuelven con sus familias ni a su comunidad.

El equipo de investigación de DRI también visitó “Dorie's Promise,” un orfanato donde las y los voluntarios pagan $1,100 USD por semana para realizar voluntariado. El sitio web de esta organización ofrece a las y los extranjeros la oportunidad de patrocinar a una niña o a un niño hasta por $750 USD al mes, cantidad seis veces mayor que el ingreso mensual de una familia de clase media baja en Guatemala. A pesar del flujo de dinero y de personas que realizan voluntariado, el equipo de investigación de DRI observó que las niñas, niños y adolescentes viven en condiciones de hacinamiento en casas con 18 camas. En una visita de más de cuatro horas, vimos que había periodos de tiempo en los que las niñas, niños y adolescentes no contaban con suficiente supervisión adulta y eran agresivos entre sí.

Diversos estudios han demostrado que las niñas y los niños necesitan formar vínculos emocionales afectivos y estables dentro de una familia. Los orfanatos donde voluntarias y voluntarios van y vienen crean un entorno opuesto a la estabilidad de una familia, lo cual pone a las niñas y niños en riesgo de desarrollar trastornos afectivos. En estas instituciones, las niñas y niños crecen sin una familia y, en su lugar, forman y rompen vínculos constantemente con voluntarias y voluntarios que sólo están en sus vidas por algunos días. En las instituciones que visitamos las y los niños nos hacían preguntas como “¿eres mi nueva mamá?” –sin poder distinguir entre la familia real y una persona que está de paso.

Existe una intersección entre el voluntariado y el turismo sexual infantil ya que los voluntarios tienen acceso sin restricciones a las niñas y niños y sólo se verifican ocasionalmente los antecedentes penales de éstos. Algunos orfanatos incluso permiten que los voluntarios duerman con las niñas y niños.

El derecho internacional de los derechos humanos ahora reconoce el derecho de todas las niñas, niños y adolescentes a crecer con una familia, y no en una institución. El ex relator especial de la ONU contra la Tortura ha reconocido que las niñas y niños corren un mayor riesgo de abuso y tortura cada vez que son ingresados en una institución. Debido a los peligros de poner a una niña, niño y adolescente en una institución, el Comité de las Naciones Unidas para los Derechos de las Personas con Discapacidad (Comité de la CDPD) hizo un llamado a Guatemala para abolir nuevos ingresos de niñas y niños a orfanatos.

El Comité de la CDPD ha advertido sobre los peligros de las y los voluntarios en las instituciones. En sus observaciones finales al Estado de Guatemala, observó con preocupación que muchas instituciones “se sostienen a través de la creciente tendencia al volunturismo en el país.”  En un país donde las niñas y niños son institucionalizados porque las familias no pueden mantener a sus hijos, cualquier donación a orfanatos, por pequeña que sea, ayuda a perpetuar un sistema que contribuye a la desintegración de las familias. El Comité de la CDPD ha dejado en claro que es responsabilidad del Estado de Guatemala garantizar que el financiamiento internacional se utilice para proteger a las familias en lugar de financiar instituciones.

Los recursos limitados que el gobierno tiene asignados para niñas, niños y adolescentes con discapacidad se están utilizando indebidamente al financiar la creación de nuevas instituciones y hogares grupales. El Comité de la CDPD ha señalado que “en el caso de los niños la esencia del derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad implica el derecho a crecer en una familia.” El Comité de la CDPD estableció que:

“Los hogares grupales grandes o pequeños son especialmente peligrosos para los niños, para los que no hay sustituto para la necesidad de crecer con una familia. Las instituciones "familiares" siguen siendo instituciones y no sustituyen la atención de una familia.”

Guatemala debe evitar invertir en nuevas instituciones u hogares grupales que funcionan como centros de detención de niñas, niños y adolescentes.

La tragedia de “Hogar Seguro Virgen de la Asunción” atrajo atención internacional a los abusos que niñas y niños sufren en las instituciones de Guatemala. Guatemala debe usar esta atención para comenzar un proceso de reforma estructural que cambie el sistema de institucionalización por un nuevo sistema de apoyo para las familias. El gobierno debería usar sus propios fondos y la generosa asistencia de las y los donantes internacionales para garantizar que cada niña, niño y adolescente tenga la oportunidad de vivir y crecer en una familia.

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