¿A quién le importa? Perspectivas del niño y la familia sobre el cuidado efectivo, quién lo brinda y por qué es importante

Gillian Mann y Emma de Vise-Lewis - Family for Every Child

Resumen

La importancia de que los niños estén bien cuidados en las familias es ampliamente reconocida en las políticas y orientaciones globales. Existen numerosas investigaciones que demuestran claramente la importancia de una familia segura y atenta para el bienestar y el desarrollo del niño. Pese a que hay un consenso sobre la importancia del cuidado efectivo en las familias para los niños, existe una falta de discusión y acuerdo sobre los componentes precisos de este cuidado. En particular, se necesita un análisis adicional para determinar qué elementos del cuidado efectivo son universales y cuáles son específicos cultural o contextualmente, así como para analizar quién proporciona ese cuidado y los factores que lo obstaculizan o lo respaldan. Este informe contribuye a debatir sobre este importante tema al proporcionar perspectivas de los grupos focales con 198 niños y 81 adultos de Brasil, Colombia, Egipto, México, Rusia, Ruanda y Zimbabue (consulte el Anexo para obtener información sobre estos grupos de discusión).

Este informe demuestra que hay muchos puntos en común en las perspectivas y experiencias de cuidado en los distintos contextos. En los siete escenarios donde se llevaron a cabo las consultas se comprobó sistemáticamente lo siguiente.

  • El cuidado efectivo de los niños en las familias implica satisfacer las necesidades materiales y emocionales de estos, proporcionarles comida y refugio, amor y afecto, apoyo y asesoramiento y un entorno seguro y tranquilo en donde desarrollarse. En la mente de los niños, las necesidades materiales no tienen prioridad sobre el amor y la orientación.
  • Una serie de personas contribuye al cuidado de los niños y es raro que este cuidado sea proporcionado únicamente por los padres. Cada miembro de la familia participante proporciona aportes específicos, lo que significa que la pérdida de una madre o abuela tiene consecuencias muy diferentes para el bienestar del niño en comparación con la pérdida de un padre o un abuelo.
  • Las comunidades hacen contribuciones vitales al cuidado de los niños.
  • El cuidado se ve afectado por factores estructurales, como la pobreza o la falta de acceso a los servicios vitales, y las relaciones dentro del hogar y la comunidad en general, como los vínculos entre el cuidador y el niño, o el estigma y la discriminación, así como el acceso de los cuidadores a la familia extendida y al apoyo comunitario.

Existen también diferencias importantes en cómo se percibe y se experimenta el cuidado entre los diferentes entornos. Por ejemplo:

  • Es mucho más común para los niños vivir con uno o ambos padres en algunos lugares que en otros y los tipos de familia más comunes difieren según el país y el contexto.
  • El rol específico que desempeñan los diferentes miembros de la familia y otros actores en el cuidado de los niños varía y está muy influenciado por las normas culturales predominantes. Estas también cambian con el tiempo y se ajustan a factores como que la mujer tenga un papel más importante en el lugar de trabajo.
  • Los factores estructurales y relacionales particulares que influyen en el cuidado varían mucho según el contexto, por ejemplo, el abuso de drogas y alcohol y los altos niveles de violencia en la comunidad tienen una influencia mucho mayor sobre el cuidado en algunos entornos que en otros.

Esto sugiere que, si bien es posible identificar algunas características comunes del cuidado efectivo y las estrategias universales para respaldar este cuidado, es igualmente importante comprender bien y responder a las características específicas del cuidado efectivo en cada entorno.

Los resultados de este informe tienen numerosas implicaciones tanto para los formuladores de políticas como para los profesionales; a continuación, se mencionan los más relevantes.

1. Mejorar el cuidado de los niños es una prioridad de la política Tener la oportunidad de crecer seguros y protegidos en una familia es de vital importancia para el bienestar y el desarrollo de los niños. Esto tiene repercusiones para la salud física y mental de los niños, la escolarización y la orientación moral, y las consecuentes implicaciones en una variedad de áreas y objetivos de desarrollo. Satisfacer las necesidades físicas y materiales de los niños es obviamente importante para su supervivencia. Pero, igualmente importante es garantizar que tengan un sólido bienestar emocional, respaldado por las relaciones, el amor y la orientación.

2. Las intervenciones para mejorar el cuidado deben ser holísticas. Es poco probable que el apoyo al cuidado efectivo dentro de las familias implique respuestas simples y de un solo sector. Mejorar el cuidado requiere esfuerzos para construir relaciones dentro de las familias y las comunidades, combinadas con intervenciones para reducir la pobreza y mejorar el acceso a los servicios Las personas que trabajan en la protección infantil, salud, educación, protección social y otros sectores tienen la responsabilidad de monitorear y mejorar el cuidado de los niños Los formuladores de políticas, los diseñadores de programas y los profesionales deben desarrollar un paquete holístico de apoyo para las familias que pueda adaptarse individualmente para satisfacer las necesidades específicas.

3. Los formuladores de políticas y los profesionales deben reconocer que una serie de personas son responsables del cuidado de los niños y deben dirigir las intervenciones de manera apropiada. Por ejemplo, los esfuerzos para mejorar la “crianza” no pueden estar dirigidos solamente a las madres y a los padres, sino que también deben llegar a los hermanos y a los miembros de la familia extensa. Del mismo modo, los mensajes en áreas como nutrición infantil, salud o seguridad, serán mucho más efectivos si se dirigen a los responsables de la alimentación y la supervisión de los niños, que pueden no ser siempre los padres. Al trabajar con niños y familias individuales, los profesionales deben considerar relaciones de cuidado más amplias, en lugar de centrarse únicamente en las interacciones entre padres e hijos. Comprender las contribuciones específicas hechas por cada cuidador y cómo esto varía según el contexto y las circunstancias es vital para el éxito de una gama de intervenciones.

4. El cuidado debe ser una consideración clave cuando se busca identificar y apoyar a los grupos más vulnerables. En lugar de centrarse exclusivamente en la orfandad como un signo de vulnerabilidad, también es importante examinar la existencia de redes de atención más amplias. Los niños que tienen redes más reducidas o que pierden a cuidadores clave, como un abuelo, un hermano, una tía o un tío, pueden ser particularmente vulnerables. Como los diferentes cuidadores brindan distintos tipos de apoyo, la falta de un particular cuidador en la red de un niño también puede tener un impacto en las formas específicas de vulnerabilidad que enfrentan los niños.

5. Las políticas e intervenciones sobre el cuidado deben ser específicas al contexto. Quién cuida a los niños y los factores que afectan la calidad del cuidado varían según el entorno: es importante evitar simplemente importar soluciones de un entorno a otro. Se deben hacer esfuerzos para comprender plenamente el contexto, aprovechar los puntos fuertes dentro de las comunidades y desarrollar apoyos para las familias que sean apropiados para cada entorno. Esto incluye evitar la importación de programas de crianza de los países de ingresos más altos y aplicarlos sin adaptación en contextos de ingresos más bajos.

 

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