Las relaciones entre el niño y el adulto que son receptivas y atentas—con bastantes interacciones de ida y vuelta—construyen una base sólida en el cerebro del niño para todo aprendizaje y desarrollo futuro. Esto se llama “saque y volea” y ¡se necesitan dos personas para jugar! Esta guía breve del Harvard Center on the Developing Child presenta 5 pasos para cuidadores practicar “saque y volea” con su niño/a.